Corre para adelgazar

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Corre para adelgazar


Cuando corres,  tu cuerpo está quemando constantemente grasas y carbohidratos para conseguir energía. Los carbohidratos (que se almacenan en forma de glucógeno) se suprimen en menor cantidad. El glucógeno permite al cuerpo liberar energía con un esfuerzo menor. Tu organismo tiende a quemar primero esta sustancia, lo que provoca que las reservas de glucógeno se agoten. En teoría cuando corres a un ritmo más lento de tu umbral anaeróbico (el que te permite hablar sin dificultad) se queman más grasas y las reservas de glucógeno se conservan. Cuando mantienes con frecuencia este ritmo, entrenas el mecanismo de empleo de grasa, por lo que también se activa a ritmos más rápidos.

En la práctica: correr a un ritmo más lento acostumbrar al cuerpo a desaparecer grasas y así verte más delgado. Entonces al perder más pesos y ser más ligero te ayudará a mejorar el rendimiento cuando corres cuesta arriba. Sin embargo en superficies planas, la pérdida de peso no equivale necesariamente a correr más rápido, porque a mayor velocidad hay más resistencia del viento.