El respirar nitrógeno a alta presión tiene efectos narcotizantes para los seres humanos; por ello un buzo puede encontrar dificultades para ejecutar destrezas que normalmente serían muy sencillas, como la lectura de instrumentos, interpretación de datos, tomas de decisiones, operación correcta del chaleco compensador y la comunicación con compañeros. La narcosis del nitrógeno puede causar mareos, desorientación, descenso descontrolado e inconsciencia, por lo cual es muy peligrosa. Ésta es la principal razón por la que se recomienda que el el buceo recreativo no exceda el límite de profundidad de los 100 pies (30m). De cualquier manera, con la preparación y el entrenamiento adecuado, se pueden realizar inmersiones a profundidades superiores.
