La ventaja de ser "conscientes de nosotros mismos" (que muchas veces es a través de la meditación, o de rezar, o lo que a cada quien se le acomode) es que tenemos la capacidad para poder distanciarnos de lo que pensamos. No somos nuestros pensamientos, a diferencia de lo que podamos creer en muchas ocasiones.
¿Para qué que querríamos observar nuestros pensamientos?.
Precisamente para lidiar con ellos y que no nos hagan perder el control.
Aunque los pensamientos formen parte de nosotros, esa distancia que podemos poner con ellos, y con nuestra conducta, es la que nos hace ser diferentes como observadores de nosotros mismos.