La adolescencia implica cambios, retos, satisfacciones y problemáticas. Las transformaciones pueden ser desproporcionadas, desconcertantes y en el mejor de los casos, emocionantes. El cuerpo cambia junto a las formas de pensar y relacionarse. Se ha dejado de ser niño sin ser todavía adulto. Para ello se tendrá que cumplir con ciertas tareas de desarrollo, siendo la principal, hacerse independiente.
De entre las experiencias, podrá haber algunas problemáticas. A las características personales o del entorno que hacen más probable algún daño o enfermedad se les llama factores de riesgo, siendo los principales en la adolescencia el uso de drogas, relaciones sexuales sin protección, violencia, rebeldía y problemas de conducta. Los factores de riesgo son acumulativos, uno o dos pueden ser manejables, pero sumados tres o más disminuye la capacidad de enfrentarlos.
