No podemos evitar las emociones, ya que éstas tienen una función evolutiva, un sentido biológico de supervivencia. Si en la prehistoria nuestros antepasados no hubieran sentido miedo a los depredadores muy seguramente el ser humano no hubiera llegado hasta hoy. En el cerebro existe una región llamada "amigdala", un elemento clave para la supervivencia debido a que su función principal es integrar las emociones con los patrones de expresión correspondientes a éstas, provocando una respuesta automática a nivel fisiológico o en la conducta, por eso es tan difícil manejar las emociones. Eso significaría anular una función para la que estamos programados genéticamente.