La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica del sistema nervioso central, reconocida como tal hace cien años y definida como un padecimiento poco conocidos, incurable, progresivo que puede causar ceguera, pérdida de las cualidades cognitivas, sordera e invalidez, entre otros signos. Vivir con esta enfermedad no sólo es una batalla contra lo síntomas que el paciente debe enfrentar diariamente, sino también contra la falta de información acerca de esta devastadora enfermedad que todavía constituye un reto para el médico en cuanto a su fisiopatología, diagnóstico y tratamiento.
La posibilidad de curarla aún es remota, entre otras razones porque se trata de una enfermedad multifactorial, ya que existen alrededor de 86 factores que pueden ocasionarla. Los síntomas iniciales que los pacientes suelen referir al neurólogo son debilidad en los brazos y piernas, una sensación extraña de hormigueo en la cara o en las extremidades; pérdida de la visión y disminución de la coordinación.
