El vinagre debe ser crudo, sin filtrar, con la madre (así es cuando contiene esa parte que parece que no está colada – no significa que ya no esté bueno, sino al contrario), orgánico (extraído de manera natural, respetando el proceso) y delicioso. La madre, significa que contiene los sedimentos que nos pueden confundir pensando que no sirve, pero es la parte más importante ya que contiene las enzimas necesarias y bacterias que no ayudan en general a nuestro organismo.
El vinagre, en sí, es producto de una fermentación y la fermentación es un proceso en el que los azúcares de un alimento son descompuestos por bacterias.
La fermentación comienza convirtiéndose en alcohol, y si se sigue fermentando, llega al estado de vinagre. Esto se puede hacer partiendo de diferentes alimentos (como frutas + granos + vegetales etc.), pero en este caso en particular, se hace de manzanas pulverizadas.
¿Cómo se debe tomar? Recomendamos comenzar con una cucharada de vinagre de manzana orgánico en medio vaso con agua. Sabe fuerte las primeras veces pero conforme lo vayan tolerando, pueden incrementarlo a dos cucharadas en medio vaso de agua una vez al día, o dos en casos de padecimientos como colesterol, para depurar el organismo, mejorar la digestión, disminuir la presión arterial, ayuda a reducir los niveles de glucosa y grasa en el cuerpo.
