Es el resultado de la actuación de distintos factores sobre una base genérica, donde el entorno y los hábitos de vida de una persona son importantes en su manifestación, por lo que en su prevención es primordial llevar un estilo de vida saludable, basado en una alimentación adecuada, actividad físic regular, evitar el sobrepeso y no fumar tabaco.
No existen dudas acerca del valor que tiene la educación nutricional en la adquisición de hábitos alimentarios correctos, así como en su consolidación y mantenimiento, al igual que la práctica de actividad física. Además, es prefrerible promover la adquisición de estilos de vida más saludables durante la etapa infantil, que modificar los hábitos establecidos durante la vida adulta, porque es más fácil aprender que desaprender.
